info@caminamosunpasomas.com

A cada decepción le llega su olvido

Suena muy bonito cuando decimos amigos/as para siempre, hasta que la muerte nos separe… como si la convivencia con las personas de nuestro entorno más próximo (trabajo, amistades, familias, parejas…) fuera siempre una balsa de aceite; pero nada más lejos de esa realidad, porque la vida en sí, tiene sus dificultades, altibajos, reveses, momentos amargos, dolorosos y de desengaños, que, como si de una cortina que se abre se tratase, dejara ver lo que estaba oculta tras ella, y que no esperábamos a causa de que habíamos depositado consciente e inconscientemente, nuestras proyecciones de idolatría hacia esas personas.

Por esta razón, hay personas a las que les cuesta creer en lo que le dicen otras personas, o a la mínima que les recuerda algo de su pasado asociado con la traición, saltan como escopetas de feria, porque todavía cargan con esas memorias dolorosas como heridas abiertas. Sin embargo, como seres con libre albedrío que somos, tenemos el poder y la responsabilidad cuando nos sucedan estas situaciones de ser protagonistas de nuestra propia historia, en vez de vivirlas desde el victimismo; aprendiendo de ellas, preguntándonos para qué me ha sucedido esta experiencia, ¿qué desea la vida con urgencia que comprenda de mi mismo/a que no estoy viendo, que no estoy comprendiendo, aceptando y abrazando desde el amor, que lo hace llegar de una persona que desde mi sentir me ha decepcionado?.

Pero, como dice el dicho, «lo que no te mata, te hace más fuerte», y es que ante estos casos por muy dolorosos que sean, siempre podemos elegir tres maneras de ser, tal como muestra el “cuento de la zanahoria, el huevo y el café”, donde después de pasar estos tres diferentes elementos por un mismo proceso (veinte minutos de cocción) cada uno reacciona de diferente manera. En el caso de la zanahoria que aparentemente es fuerte de primeras, el resultado es que termina débil y sin fuerza alguna; en el caso del huevo empieza con un corazón fluido que acaba convirtiéndose en duro y rígido aunque a primera vista parece inalterable; y para el caso del café, lo que es polvo de primeras, se transforma cuando el agua entra en ebullición y nos deleita con su característico color y olor impregnándolo todo. Es decir, que si elegimos actuar como él cuando las cosas se ponen peor como consecuencia de una decepción o traición, reaccionas mejor y haces que todo a tu alrededor mejore. 

Por este motivo, la clave ante estos casos está en perdonar para poder continuar hacia adelante en la vida, es decir, que cuando nos sentimos decepcionados/as con alguien requerimos concedernos un tiempo de luto, para que podamos sanar dicho dolor y así darnos la oportunidad de salir fortalecidos de dicha experiencia, al aceptar, dejar atrás y continuar con el aprendizaje que hayamos extraído para nuestra evolución y armonía.

Si estás transitando actualmente por una decepción o si en un futuro te sucede una situación similar, en mayor o menor grado: párate, respira, piensa y siente desde tu corazón que cuando acaba un ciclo, al mismo tiempo comienza otro diferente.

Ahora pregúntate, ¿qué elijo?:

¿Ser una zanahoria, un huevo o un grano de café?

¿Ser víctima o protagonista de mi propia vida independientemente de que las experiencias de convivencia, me sean justas o me decepcionen?

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



Contacta con nosotros:


    Caminamos un paso más

    • Email de contacto: info@caminamosunpasomas.com
    • Teléfono: +34 633534696

    El camino empieza con un paso